tendencias mercadeo ecuador

Insensibilidad a las Tendencias – STAGE 2

By Estrategia Ecuador

¿Hay que generar una estrategia para cada generación?

¿Cómo conectar con el consumidor “antiguo” y “nuevo”?

La supervivencia empresarial depende fundamentalmente de lo atractivo que se presente el contexto, el medio ambiente empresarial. Para esto, se diseñan las estrategias adecuadas para responder enérgicamente a estas variadas condiciones. El problema es que no existe la suficiente sensibilidad para captar los cambios, y uno de los principales gestores de la evolución de los mercados, es in lugar a dudas, el consumidor (¡no es el único como muchos piensan!). A pesar de que el cliente “no piensa lo impensable”, o que muchas veces no sabe lo quiere, las empresas deben lograr percibir y sensibilizarse frente a las tendencias, sobre todo aquellas que se podrían convertir en una realidad en el corto y largo plazos. Los consumidores son diferentes, y la primera contradicción en su comportamiento proviene de la generación a la que pertenezcan.

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García, Stein, y Pin, (2008) mencionan que toda generación es fruto de la anterior, así como de las pautas culturales y realidades sociales a las que han estado expuestos sus integrantes. Así, a los nacidos entre 1946 y 1963 se los conoce como “Baby Boomers”, los “X” están en el rango de 1963 a 1981, y  la generación Y son los que vieron la luz desde 1982 hasta 1999. Los anteriores a los “Baby Boomers” son los “Tradicionales” y los posteriores a los “Y”, son la generación “Z” ó “i” (haciendo referencia a i-pod, i-pad, i-phone). Entendemos entonces a las generaciones más influyentes en la actualidad:

Diferencias entre generaciones

diferencias entre generaciones-estrategias

Adicionalmente, conforme los integrantes de la generación tienen menos años de vida, se evidencia una tendencia hacia “la infidelidad” con los productos. A las marcas les cuesta más retener a los jóvenes de la generación “Y”; problemas por los que tuvieron que lidiar menos con los “Baby Boomers”, por ejemplo. El exceso de datos, la explosión de la oferta, el acceso a las tecnologías de información, el retorno del cliente complicado, la “hiper competencia”; y, además, la priorización del gasto de tiempo, hacen que el comportamiento de consumo de los nuevos compradores sea completamente distinto. Las empresas tienen permanentemente que “destruir para construir” (Nordstrom y Ridderstrale, 2008). Y esto juego permanente requiere de mucho más conocimiento, velocidad y actitud. Los “X” tienden a ser escépticos con los cambios y limitar su compromiso con lo que no consideran importante. Estos son posiblemente los líderes actuales de la organización. A diferencia de ellos, los “Y” tienen la esperanza de mejores días en el diario vivir, y para esto, el trabajo en equipo es una motivación. Los de más edad de esta generación están presionando fuertemente a sus líderes o jefes para tomar decisiones estratégicas adecuadas, lo hacer con cortesía pero con firmeza. Se han dado cuenta que las transformaciones para poder servir a los compradores no pueden esperar. Son líderes “creados” por otros miembros de la empresa; pero a más de esto, conocen el sentimiento hacia afuera, conocen a los nuevos clientes y tienen más olfato para percibir las variaciones del contexto. Pero, las grandes barreras en la comunicación que poseen, no les permiten convencer ni ser absolutamente creíbles con el resto de colaboradores (sobre todo con los más viejos). Las generaciones influyen en cualquier ámbito empresarial, pero las organizaciones insisten en el mismo mensaje de comunicación, marketing y ventas. ¿Estamos realmente conectando e interactuando con ellos?

Leer Stage 1 de Inestabilidad a las Tendencias

 

nivel de necesidades

Insensibilidad a las tendencias – STAGE 1

By Marketing y Branding

¿Cómo afecta a la estrategia?

¿Cuál es su relación con el marketing y el comportamiento del consumidor?

      El mundo vive en un permanente caos y un impredecible cambio. Desde países comunistas que ahora son light – capitalistas, hasta países consumistas que tienen hoy un fuerte control Estatal, se advierte que las estructuras están evolucionando hasta dejar a la estrategia empresarial en una completa situación de desconcentración. Las empresas comienzan a aplicar criterios  de análisis – tarea, en lugar de los procesos convencionales estratégicos que incluyen una serie de movimientos, que inician con una idea y terminan en el control, pasando por la investigación, objetivos, grandes estrategias y planes de acción. Parece ser que el factor crítico en la actualidad es el tiempo, o mejor dicho, la “falta de tiempo”.

“El tiempo es la religión de nuestra era. Somos adictos a la velocidad. La nueva sociedad opera en tiempo real” (Nordstrom y Ridderstrale, 2008, p. 86). Esta realidad hace que la actitud, el modo de pensar y la cultura de las empresas tengan que acoplarse a distintos modos de pensar de los consumidores, de los no consumidores, de los entes controladores y, un número cada vez mayor de involucrados adicionales.

Actuar permanentemente con convencionalismos produciría posiblemente estandarización y, ésta a su vez, llevaría a la pérdida de valor para el cliente. Explorar nuevas visiones ya no es una característica de las organizaciones innovadoras, es una regla habitual. La ruptura es irremediable y contradecir con criterio al interior de las empresas es lo esperado. Se requiere objetar lo aceptado y pensar de manera diferente; y, hacerlo a cada instante. Esto lleva a un business – stress, a una especie de agotamiento de la estrategia y de las personas involucradas en el proceso. Cuando se cree que se consiguió la fórmula mágica para triunfar en el contexto complejo, aparece alguna tendencia, barrera, transformación o moda pasajera que, modifica sutil o definitivamente el entorno, y  hace que los esfuerzos tengan que ser supremamente mayores para la supervivencia futura. Por ejemplo, la situación competitiva en sectores maduros o mercados excesivamente explorados, tiende a hacer los crecimientos casi nulos y a los productos (o sus beneficios), poco atractivos. La sobrecarga de comunicación en la época de las tecnologías digitales, y la poca diferenciación hacen el resto: si no existe un valor claro para el consumidor y emocionalidad elevada, el único factor relevante será el precio. Buenas noticias para el cliente, no tan buenas para el competidor.

El cliente no tiene tiempo para todo. Se vive el ciclo de la simplicidad. Si los beneficios son simples y atractivos, la empresa está dentro de la tendencia. “Es muy común hoy en día oír hablar de la integración como solución a todos los males. Ni las estrategias de 360 grados ni las de integración han entendido el problema del consumidor” (García, 2007, p. 30). El cliente huye de lo complejo y busca servicio; ese servicio del nivel trascendente, del entendimiento de las necesidades afectivas y de la relación. Los temas triviales como las funcionalidades técnicas quedaron para el pasado. Los catálogos de funcionamiento y operación de algo, ya no los lee casi nadie. Estamos llegando (sino superando) la etapa de la emocionalidad colectiva y la intimidad personal.

Pero rechazar la sabiduría convencional no es fácil. Dentro de la organización, en su núcleo mismo, está la principal traba. Conviven temperamentos y personalidades. Generaciones separadas no sólo por años, sino por discrepancias de pensamiento profundas. Es el enfrentamiento del modelo mecánico con el modelo vivo: la estrategia con visión hacia la empresa únicamente (con indicadores de control y jerárquicas estructuras), en contra de la búsqueda de la confianza, el compromiso y las competencias diferenciadoras en las personas. Los estilos de dirección pueden ser distintos, independientemente a la perspectiva estratégica que se tiene y a la lectura que se da a las respuestas del mercado.

NIVELES DE “NECESIDADES”

nivel de necesidades

nivel de necesidades

 

Entonces, no es extraño esperar que esta ruptura no permitan conseguir el fin último de las organizaciones, que es dar un servicio externo enfocado en las reales necesidades de los clientes y colaboradores, a través de  la búsqueda de virtudes como la verdad, la honestidad y la responsabilidad (entre muchas otras). Si el contexto está descontrolado, el entorno interno no está alejado de la confusión. Es lo que se suele llamar “inconsciencia colectiva”, la organización no tiene presente su fin último (o trata de hacerse un auto engaño temporal). Solamente actúa en la meta de conseguir resultados, mejor si son los económicos. Es probable que esto suceda, pero la pregunta de rigor es: ¿hasta cuándo?

Además de los componentes de la unidad interna (confianza y compromiso) y los resultados o beneficios que puedan obtener, es necesario incluir el elemento innovación. “Innovación es aplicar las ideas creativas en una organización” (Amabile, 1994, p. 1). Esto se obtiene de la capacidad creativa de las personas, de la generación de ideas diversas y en cualquier campo del saber. Este componente permitiría lograr una motivación adicional para que los colaboradores busquen la unidad; y, a su vez, es un fuerte catalizador para encontrar los beneficios empresariales.

RELACIÓN ENTRE UNIDAD, BENEFICIOS E INNOVACIÓN

relacion entre unidad

relacion entre unidad

 

9 principios estrategicos

9 Principios estrategicos 3/3

By Estrategia Ecuador

Algo para tener siempre presente a pesar de cualquier crisis

 Infografía explicativa. Parte 3 / 3

 

9 principios infografia

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  1. Cambiar y re-inventar

“Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender”

Alvin Toffler

Cambiar es algo que cuesta por naturaleza humana. Salir de la zona confortable y enfrentar la zona desconocida o de aprendizaje es para valientes. Pero tal como dice Alvin Toffler, no basta con quedarse con lo aprendido; el contexto evoluciona tan rápido que con la misma velocidad se debe desaprender y casi al mismo tiempo volver a adquirir nuevo conocimiento con destrezas para alcanzar el siguiente nivel. Muchas veces es un juego agotador pero al parecer necesario. Basta sólo con imaginar que pasaría con un estratega que quiere aplicar en la actualidad conocimientos que funcionaban en un entorno de hace treinta años. El contexto ha cambiado, el consumidor es otro, la tecnología está al alcance de la mano, la comunicación es interactiva y la economía se encuentra en una nueva crisis cíclica.

Otro tema interesante es el que se plantea a través de la innovación abierta. Miopía es solamente ver el “sector o industria” a la que pertenece la organización. Los conceptos prácticos y las enseñanzas están muchas veces donde nadie piensa, el que las descubre gana. Repartidores de pizza que aprendieron del 911, fábricas de productos de construcción que aplicaron los conceptos de FEDEX, bancos que intentan aplicar la experiencia de DISNEY, son solo unos ejemplos. Lo que no cambia son los principios éticos y morales que soportan en a una organización y que en la actualidad increíblemente se han convertido hasta en fuente de ventajas competitivas (o únicas).

 

  1. Reglas de negocio

¡No basta con diseñar y optimizar procesos de la empresa! Hay que conectarlos de manera diferente para que agreguen valor a través de la innovación. El problema es la habitual conexión lineal con división por jerarquía de procesos, donde algunos conocidos como “procesos de apoyo” parecerían ser como “ciudadanos de segunda clase” dentro de la organización.

Las empresas modernas mutan todo el tiempo conectando procesos, reglas de negocio y procedimientos en red y en tercera dimensión. Procesos conocidos como gobernantes pasan a ser de apoyo, y los de apoyo se transforman en procesos generados de valor, es decir, críticos. Todo es una gran telaraña que apunta a cumplir con la propuesta de valor, con la creencia empresarial profunda.

Pero es fácil desordenarse y tener excesos. Cuando los procesos y las reglas de negocio son muchas, muy densas y hasta ridículas; la organización se hace lenta, burócrata, cómoda y poco proactiva. Se pierde el sentido de existencia dejando paso a detalles intrascendentes. Los procedimientos de último nivel pasan a gobernar a la organización en lugar de que lo haga el modelo estratégico; las personas se vuelven inflexibles y autómatas, sin poder de reacción.

Tanto procesos, reglas de negocio, procedimientos e instructivos deben ser simples, entendibles, con capacidad de cambio instantáneo. Suficientemente flexibles como para que las personas se empoderen usándolos con inteligencia. Ajustables de cara al cliente, los colaboradores y la estrategia.

 

  1. Las recompensas

Las recompensas constituyen el más grande “dolor de cabeza” en época de crisis. Generalmente en tiempos complejos la más grande recompensa es seguir trabajando dentro de una empresa. Al ajustarse los presupuestos, las retribuciones disminuyen o desaparecen. Es aquí cuando las organizaciones deberían conocer que las personas no solamente requieren de motivaciones extrínsecas. Los modelos mecánicos, formales, cuantitativos que cubren necesidades materiales  son apenas una parte de la motivación.

El modelo vivo basado en motivaciones intrínsecas, cualitativo, informal se enfoca en las necesidades cognitivas y de aprendizaje. Se intenta incrementar la calidad del ambiente laboral atacando el ego de las personas. La gente busca conocimiento, las empresas en crisis recortan esa posibilidad de aprendizaje. Parece una contradicción pero es frecuente ver esto cuando se debe echar mano del mejor talento para motivar al resto, sobre todo a aquel que está dispuesto a jugársela por la empresa; ese talento humano que cuando pase la crisis va a estar más creativo, fortalecido y preparado para enfrentar un nuevo ciclo estratégico con retos diferentes.

Las organizaciones han perdido su sentido de transcendencia, su conexión con la creencia profunda: esa fuerza espontánea que hace que las personas hagan cosas extraordinarias sin mediar, incluso, una  recompensa. Se está hablando de un modelo antropológico, poco conocido y mucho menos aplicado. Es el sistema de las personas que actúan con unidad (confianza + compromiso), en un sistema ético, humanista y que satisface las necesidades afectivas. Es la robustez  de una organización que quiere cumplir con su misión (su por qué!) externo (hacia los clientes) e interno (hacia los colaboradores) de una manera virtuosa. Empresas con un fuerte sentido de trascendencia son eternas, simbólicas y ampliamente respetadas.

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9 principios estratégicos 2/3

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Algo para tener siempre presente a pesar de cualquier crisis

 Infografía explicativa. Parte 2 / 3

 

9 principios estrategicos

9 principios estrategicos

 

  1. Conocer al consumidor

El consumidor en primer lugar es persona. Los consumidores compran, las personas sienten. Es muy difícil entender a un cliente a través de una encuesta o un focus group. Es como cualquier tipo de relación humana: el contacto y la conexión genera entendimiento. Hay que “vivir con el consumidor” como decía Martin Lindstrom. Introducirse sin molestar e invadir en su vida diaria, conectar los insights[1] para lograr sabiduría.

Partiendo del principio de que un cliente no compra “lo qué haces” sino “el por qué lo haces”, las utilidades y funcionalidades son necesarias pero no son suficientes. Bajar al nivel de participar en las emociones[2] (miedo, alegría, angustia, felicidad..), y luego llegar a las creencias profundas o códigos biológicos (libertad, seguridad, placer, poder…), es deber de todo buen estratega que pretenda conocer para actuar.

No es suficiente “afinar la mira telescópica”. Escoger los consumidores adecuados (nótese lo potente de esta frase) no es todo. Hay que tener también una “masa crítica” para lograr una ecuación de valor igual a margen por volumen. Los nichos son la desgracia de la estrategia, más en un mundo conectado e informado. Se requiere de tribus emocionales conectadas a una creencia en una aldea global (piense en las posibilidades infinitas de internet).

ECUACIÓN DE VALOR = MARGEN x VOLUMEN

  1. Marcas auténticas

Regrese a ver alrededor. ¿Cuántas marcas auténticas encuentra en la despensa, casa o trabajo? Todas parecen tener algún pero. Algunas no son amigables con el medio ambiente o no son socialmente responsables. Otras contienen elementos químicos dañinos para la salud o hacen pruebas de laboratorio con animales vivos. Con algunas se puede tener la sensación de un ánimo desmedido de lucro o prácticas empresariales corruptas.

La palabra clave es transparencia. Información conectada al consumidor en cada detalle de la personalidad de una marca, de sus prácticas productivas y comerciales; de la forma de tratar a la comunidad y a sus colaboradores. Contenido relevante ilustrado en medios conectados (Online) y desconectados (OFFline) para todo tipo de generaciones sobre lo que realmente hace el producto o servicio para el consumidor, sin exageraciones y mentiras (y esto incluye, por supuesto, la parte emocional). Las personas perciben de diferente manera, eso está claro; pero ¡la verdad es la verdad!

Bono de U2 es una marca transparente, es sencillo y activista. GÜITIG en Ecuador, una agua mineral  de fuentes conservadas, es limpia y natural. L´OCCITANE y su crema “Beurre de Karité” tiene certificados biológicos y orgánicos con ayuda a comunidades desprotegidas. Richard Branson y su apoyo al emprendimiento en países africanos, son algunos ejemplos de marcas auténticas.

Los casos pueden ser pocos pero consistentes. Las marcas auténticas tienen una gran ventaja: “enganchan” automáticamente con el corazón y la mente de las personas ocupando siempre un espacio principal y único.

  1. Valores y principios

A los valores y principios los hemos ido mencionando a lo largo de los cinco puntos anteriores, y muy probablemente los tomaremos en cuenta también después. Son los cimientos transversales de la estrategia. Suena romántico, pero en un mundo cargado de temas controversiales los valores parecerían ser una fuente de ventaja competitiva (o de ventaja única).

¿Cómo se está formando (no capacitando) al talento humano? Las organizaciones se desvelan por tener colaboradores de altísima competitividad, pero pocas mantienen formación constante en virtudes a través de mentores calificados. Se prioriza el currículo académico sobre el currículo moral y ético. Se mantiene ejecutivos con masters realizando prácticas al filo de la ética, y a cambio,  escondemos al trabajador virtuoso porque muchas veces estorba a los “objetivos” empresariales. No se predica con el ejemplo.

Es un juego de doble moral. Por un lado, el consumidor debe ver a la marca como transparente; y por otro lado, las prácticas internas dejan mucho que desear. En la estrategia actual no sólo se necesita ser innovador para generar un espacio relevante; sino tener buenas personas dentro de la empresa para lograr que esa innovación sea basada en altos principios y valores.  Esto significa eliminar el “relativismo” empresarial en una época donde parecería mandar el individualismo.

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[1] Ver más allá de lo evidente. Ver lo que el cliente no ve para hacer lo que el cliente no hace.,

[2] Montenegro, D. I. y Calvache, M. Libro EMOTIONSHARE No se lo cuentes a Michael.

9 Principios Estratégicos 1/3

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Algo para tener siempre presente a pesar de cualquier crisis

Infografía explicativa.

Parte 1 / 3

infografia estrategia en ecuador 2016

 

  1. Cuidar el ego:

El ego es un exceso de autoestima[1]. En principio, el ego no está en contradicción al construir una estrategia exitosa dentro de una organización. La autoestima es necesaria para impulsar el negocio hacia adelante y motivar a las personas a superar retos. El problema es cuando esa autoestima nubla  la capacidad de ver, de permitir la entrada de nuevo conocimiento o la revolución de uno ya caduco.

Y es todavía más complejo cuando el ego impide que otras personas puedan presentar una idea  o solución porque podrían afectar la autoestima “del jefe” o de quien está en control de la gestión. El ego puede derivar también en otras acciones poco virtuosas como la falta de respeto a la dignidad de las personas, el abuso y hasta la burla maliciosa. Emerge como el principal enemigo de la re-invención, de la facultad de visualizar el futuro y proyectarse dentro de él.

Si el ego es compartido hacia otros (o contagiado como un virus), se transforma en una “enfermedad” colectiva que reduce la fuerza del razonamiento práctico bloqueando el desarrollo de la gran estrategia y de los proyectos para llevarla hacia la ejecución. La creatividad se ve limitada a la aplicación de  “ideas” que el grupo sea capaz de emitir sin dar espacio al juicio de otros; es decir, la inteligencia de estas personas se ve restringida a “su verdad” y no a la verdad que en realidad es.  Sólo se practica la voluntad del ego mayor, con poca capacidad de maniobra estratégica del resto.

  1. Diseñar un modelo de negocio

Superado el punto primero, el paso siguiente es construir un modelo de negocio a largo plazo fundamentado en la posibilidad de conectar varias partes para crear valor único y sostenible. Comienza en la definición profunda de una propuesta diferente que conecte con los consumidores (preferimos llamarlos personas: el consumidor compra, las personas sienten), pasando por la relación  y a través de los canales de venta para acercar la solución completa a estas personas.

Luego, hay que mirar aquellas actividades críticas que permitirían una transformación empresarial y como innovar los procesos (en los detalles está el incremento de valor); para lograr esto, los recursos en talento, infraestructura, financieros e intangibles (como las marcas registradas y los secretos) son determinantes.

Es evidente que la organización no tiene la capacidad para realizar todo, o al menos actividades en las que están más especializadas otras empresas proveedoras. La habilidad para convertir estos proveedores en aliados y que “jueguen” a favor del modelo estratégico en asuntos como el marketing, recursos compartidos, asociaciones o ideas; permite primero optimizar recursos y luego  provocar innovación disruptiva.

Al final un modelo de negocio siempre dependerá del ingreso económico generado por la relevancia, enfoque y ejecución impecable en el tiempo; pero sólo se puede considerar innovación cuando es rentable y con crecimientos exponenciales.

  1. No sólo estar en el negocio para hacer dinero

El dinero para reinversión es importante sin lugar a dudas. Pero cuando hablamos de modelos virtuosos[2] hay mucho más allá que los resultados económicos. La formación de las personas, el aprendizaje de los fracasos, la inventiva y la creatividad, el esfuerzo, la responsabilidad, el respeto, el liderazgo consciente, la creación de equipos de trabajos auto-dirigidos de alto rendimiento, el trabajo en red en lugar de silos, la holacracía[3] en lugar de la jerarquía, son solamente algunas consecuencias del cambio ordenado y planificado.

Retos a cada instante, conociendo la “hoja de ruta”, emociones (desde alegría hasta tristeza y desconsuelo) son parte de este viaje estratégico. El dinero no es la felicidad, la felicidad lleva al éxito y el dinero es una consecuencia esperada, pero no la única.

En la segunda parte de este artículo se explicarán los siguientes tres principios estratégicos: conocer al consumidor, marcas auténticas y valores profundos.

 

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[1] Diccionario de la Real Academia Española. Del lat. ego “yo”.

[2] Basados en virtudes o hábitos operativos buenos.

[3] Mike Walch define a la Holacracía como un sistema de auto-gobierno de los colaboradores, en donde estos tienen diferentes roles conectados y no poseen un área de responsabilidad específica o nivel de reporte.

Sin innovar mueres

¡Sin innovar mueres! – Parte 2/2

By Innovación Ecuador

ZYPCAR es una empresa norteamericana de arredramiento de autos. Hasta ahí no existe ningún cambio importante respecto al mercado tradicional manejado por Budget o Avis. Lo que hace diferente a ZYPCAR es que investigó de manera integral el pensamiento de sus consumidores sobre autos. Muchos de ellos ven como una carga el tener que adquirir, mantener, gastar y luego revender sus automóviles. ZYPCAR renta autos para sus clientes pero por minutos si es necesario. Por una membresía uno puede manejar un vehículo para cada ocasión. Un utilitario para moverse en el tráfico de la ciudad, un 4 x 4 para el paseo con los amigos, un automóvil de lujo para asistir a un evento especial. Los autos se recogen y dejan en muchos puntos de la ciudad, con combustible listo y siempre están lavados. ZYPCAR aprovecha la tecnología: no se necesita la llave para abrirlo, sino solamente la tarjeta de membresía. Claramente un ejemplo de “orquestación estratégica”: conexión con los clientes, con empresas de tecnología, con sitios de parqueo, alianzas con universidades, con fabricantes de vehículos, con estaciones de servicio y con la comunidad.

 

Las empresas innovadoras tienen esa característica: revolucionan un sector (o varios). ZYPCAR cambio la forma de desplazarse en las ciudades de acuerdo a la condición y deseos profundos de los consumidores. Rompió el esquema de arrendamiento tradicional y generó un posicionamiento del tipo “mente – solución” (conocer primero las necesidades y emociones de los clientes) para luego plantear una solución completa. Innovar se ha convertido en la única vía de diferenciación, en la única vía de sobrevivir.

 

Ecuador no es un país que esté en lo más alto de la escala de innovación mundial. Sin embargo, tiene ejemplos dignos de mencionar. Uno hace referencia a la marca ZHUMIR de Corporación Azende. En su página web se menciona que tienen un equipo que sabe que la excelencia es innovación, entusiasmo y pasión, y que la diferencia está en la ejecución(4). La marca ZHUMIR se ha reinventado en los últimos años, pasó de ser un licor embotellado común y corriente, ha adaptarse a los requerimientos de las nuevas generaciones en sabores, gustos e intereses junto con la corriente actual de la gestión de marca y marketing. Azende sabe que para sobrevivir y crecer, hay que armarse con la más importante de los materiales: el conocimiento. El conocimiento se ha hecho vital. El conocimiento genera valor único. Las empresas en lugar de organizarse por áreas, deberían hacerlo en función del conocimiento, aspiraciones y biografías de las personas que trabajan en ellas. En pocas palabras, hemos pasado de competir en función de hardware (activos como la maquinaria y equipo) a hacerlo en función del software (la información y el conocimiento).

zhumir innovacion

Fuente: Behance

Pero, ¿Qué es la innovación? En su concepción resumida se puede decir que tiene que ver con la aplicación efectiva de ideas (por lo menos radicales) en la organización, pero al servicio de la red en la que interviene la empresa. Las ideas enfocadas en un objetivo son resultado de personas creativas. El famoso George Lucas, creador de la zaga Star Wars amplía este concepto, y decía refiriéndose a Ed Catmull de PIXAR: “Muchos autores han intentado formular y categorizar la inspiración y la creatividad. Sin embargo, lo que Ed Catmull muestra con su experiencia es que la creatividad no es simplemente una fuente de ideas, sino más bien una alquimia entre las personas. Ed expone con honestidad y sentido común cómo no convertirse en un estorbo y cómo fusionar arte, negocio e innovación”.

 

George Lucas (a lo mejor con toda la intención) incluye en su relato lo que se denomina “Innovación Abierta”. Henry Chesbrough en su libro Innovación de Servicios Abiertos (2011), hace referencia a que la innovación abierta es un paradigma que parte de la suposición de que las empresas pueden y deben utilizar ideas internas y externas, así como vías internas y eternas de acceso al mercado, con el fin de desarrollar su negocio. En pocas palabras, Chesbrough quiere decir que la empresa puede “alimentarse” de ideas de otras organizaciones, sectores y conceptos muy diferentes a su giro normal; y atender a mercados que normalmente no lo haría. Esto da una luz gigante a la nueva estrategia. Amplía el panorama hacia extremos nunca antes sospechados. Por eso Apple en su momento, a más del dominio que tenía en el mundo de computadores de alta gama, intervino en el sector de la música con i-Tunes y I-Pod. Google no es solamente un buscador, tiene intereses en el mundo de los autos, la televisión, el rastreo satelital y la publicidad (por mencionar unos pocos). Zhumir ya no es un licor de caña sino un estilo de vida que junta a las personas más diversas y acompaña de alguna manera los momentos felices.

innovacion abierta

Fuente: Adaptado de Henry Chesbrough, 2004

La innovación no es una moda. Es una elección que deben tomar las organizaciones conscientemente para poder adaptarse y cambiar el entorno circundante. Ya no es lo que la empresa hace (el producto), sino en el entorno en el que tiene que vivir (o sobrevivir como lo dijimos anteriormente). Es un tema de adelantarse, de pensar lo impensable, de visionar el futuro, de romper las reglas. Pero, sobre todo, de gestionar el talento de las personas. Y el talento es un legado que pasa de generación en generación. De Steve Jobs y Steve Wozniak a Tim Cook y Jonathan Ive.

 

La innovación no es sólo un tema de tecnología: tuercas y tornillos. Muchas veces su influencia es mínima. La innovación no sólo está presente en el producto; puede verse también (o más) en los canales de venta, el diseño, la publicidad, en la forma de generar ingresos y en la concepción del servicio al cliente. El reto está en bajar la innovación del nivel más estratégico a los procesos operativos. Ya no podemos hablar de optimización de procesos sino de innovación de procesos. Los cambios importante se producen en la forma de pensar de las empresas pero también en los detalles. En el detalle está el valor apreciado por los clientes. Pues bien, ahora la innovación proviene de cosas inmateriales, emocionales y de valores de los usuarios.

 

Para esto no cabe un plan B, C ó D. Crear varios escenarios siempre tiene la posibilidad de apuntar al más fácil de cumplir. No se puede pedir discrecionalidad en esto. Hoy en día se debe tener un Modelo de Negocio que no es negociable, y que la creatividad de las personas y la innovación hagan que se cumpla sí o sí. Y no se trata de tener solamente un lienzo Canvas (5) para diseñar modelos de negocio, que es una herramienta que facilita comprender y trabajar con el modelo desde un punto integrado que entiende a la empresa como un todo. Lo Esencial es cómo se conceptualiza y junta cada uno de los elementos del modelo de negocio. Cómo se integran las ideas creativas de los colaboradores para lograr que el modelo de negocio reemplace al viejo paradigma de planificación estratégica. Y luego, qué se hace para que el modelo de negocio se ejecute a través de proyectos integrados, controlados, con recursos y conectados con métricas holísticas que rompan el esquema de áreas o departamentos funcionales por el de procesos integrados. La cultura empresarial juega un papel determinante para esto; y con ello, el liderazgo en cada conector de la empresa. Pero, sobre todo, la valentía, idealismo, curiosidad, ganas de jugar, inconformismo, franqueza, intuición y persistencia del talento creativo.

 

Steve Jobs a su regreso a una quebrada Apple en 1997, trabajó en el diseño de “Think Different”, es emocionante el guión de esta campaña: “Esto es para lo locos, los inadaptados, los rebeldes, los problemáticos, los alborotadores. Las clavijas redondas en agujeros cuadrados. Ellos no tienen apego por las reglas ni respeto por lo establecido. Puedes citarlos, discrepar con ellos, ensalzarlos o vilipendiarlos. Pero la única cosa que no puedes hacer es ignorarlos…porque ellos cambian las cosas, empujan a la raza humana hacia delante; y, aunque algunos puedan verlos como locos, nosotros vemos al genio. Porque las personas que están lo suficientemente locas como para creer que pueden cambiar el mundo, son las que lo hacer”.

watch apple

Fuente: Apple

 

La innovación estratégica no es algo nuevo. En 1920, FORD tenía un 60% de participación de mercado en la industria automovilística de Estados Unidos. Producía un negro y brillante Modelo T cada minuto. General Motors tenía que conformarse con un discreto 12% del mercado. Entonces apareció en escena Alfred P. Sloan, el legendario líder de GM. Reorganizó la empresa y le dio una estructura multi-divisional. El nuevo objetivo estratégico era lograr un auto para todos los bolsillos y para todos los usos. Pintó los automóviles de varios colores. Puso en aprietos a FORD durante un año. ¿Qué pasó luego con GM? Lo mimos de antes: no se reintentó. El consumidor evolucionó, el entorno cambió, los deseos variaron. El éxito se deriva del hecho de ser diferente, de no participar en lo estándar; y, luego, estar dispuesto a cambiar de nuevo.

 

Al final quedan una suerte de inquietudes para las organizaciones en el Ecuador: ¿Cuál es el modelo de administración estratégica que se está usando? ¿Es un modelo separado como autopistas paralelas o integrado y conectado? ¿Cuál es el porcentaje de la estrategia que se lleva a la práctica en la ejecución? ¿La ejecución está generando valor único en la red: consumidores, canales, comunidad, aliados, estado y talento propio? ¿Se cuenta con talento creativo y con innovación revolucionaria? ¿Es realmente innovación lo que se hace o mejora continua? ¿Se tiene consciencia empresarial de la diferencia? ¿Se miden los avances con indicadores integrados? ¿Cómo va la salud de la marca? ¿Cómo está la salud del liderazgo y de los valores organizacionales?

 

Muchas preguntas, grandes interrogantes. La crisis tiene dos componentes: peligro y oportunidad. Para aprovechar las oportunidades se requiere velocidad y desapego. El peligro más grande es no poder deshacerse de los lastres creados en el pasado: las preconcepciones, el miedo a arriesgar, el ego y una cultura individualista. Y hoy en día la gente ya no se pone “firmes”, como en el reclutamiento militar. No forman filas pasivamente, el cambio generacional es más corto. El poder está en el conocimiento y el conocimiento pertenece a las personas. La intimidación y las amenazas no funcionan. Y si funcionan, está perdido, porque quiere decir que se ha contratado a la gente equivocada. Puede que la gente ya no sea tan obediente, pero eso no significa que el liderazgo esté demás. Muy al contrario, la nueva concepción estratégica requiere de un liderazgo ilimitado. Esto no incluye la noción tradicional del líder. Estos líderes tradicionales no han existido nunca en realidad: los verdaderos líderes solo existen en las mentes y corazones de quienes creen en ellos.

 

Ahora en el nuevo modelo los líderes tienen una función prioritaria: introducir caos en el orden. Despertar a los que están en la zona confortable, y llevarlos a un  nuevo espacio de aprendizaje y crecimiento. Producen caos pero también orden. El trabajo de los grandes líderes es pasar del aprendizaje pasado al diseño de algo nuevo, luego estabilizar a la empresa; y, volver a provocar un nuevo ciclo generador de valor.

 

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Referencias:

(1) Entrevista personal con Diego Ignacio Montenegro, Universidad de Los Hemisferios.

(2) Significado de la RAE: Situación o condición marginal en que vive un pueblo, una clase social o un grupo de personas.

(3) Tomado de www.diegoignaciomontenegro.com, 2015

(4) Tomado de www.azende.com, 2015

(5) Herramienta diseñada por Alex Osterwalder con la ayuda de Yves Pigneur y que fue presentada “en sociedad” en “Business Model Generation

Sin innovar mueres

¡Sin innovar mueres! – Parte 1/2

By Innovación Ecuador

 

 ¿Qué es lo que está pasando con la real innovación?

Las organizaciones desde siglos atrás han buscado implementar un camino de acción que les lleve al éxito. Al menos siempre han tenido un sueño (visión) de convertir a un pequeño emprendimiento en una gran corporación admirada por sus logros. Generalmente el éxito ha sido medido en términos de resultados económicos y crecimiento del volumen de ventas. Y de hecho, los resultados financieros son la consecuencia de acciones a niveles tácticos u operativos; todo, supuestamente, amparado bajo una gran estrategia para crear valor en el mercado.

 

Pero, entonces, ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Por qué la mayoría de emprendimientos no llegan al primer año de vida? ¿Por qué empresas consolidadas durante décadas como KODAK, por ejemplo, cierran sus puertas a pesar de haber tenido una trayectoria brillante anteriormente? ¿Por qué llegan ciertos “competidores” al mercado, y ponen en poco tiempo en aprietos a empresas que han estado por décadas? La respuesta está en torno a la creación de valor. Muchas organizaciones no enfatizan en una posición lo suficientemente fuerte y perdurable; o, luchan con las mismas armas y herramientas de años idos, pensando que “su fórmula” siempre ha resultado y que no hay un motivo lo suficientemente fuerte para cambiar. Cuando mucho tienen algo de mejora continua para “actualizar” el producto o servicio, o adecuar los precios a la nueva perspectiva del consumidor, que por lo general no tienen clara. La misma estrategia año tras año, invierno tras invierno, sin impactar fuertemente en los clientes que evolucionan segundo tras segundo. La información y la tecnología en tiempos de internet les convierte en seres con poder (a los consumidores), con conocimiento, exigentes, intrigantes e infieles. Compran productos asiáticos porque son más baratos y muy parecidos los originales; los autos hechos en Estados Unidos siempre nos acercaban al “sueño americano”, pero hubo un tiempo en que las cosas cambiaron, y ahora son los autos japoneses los que inundan las calles de cualquier ciudad; nos vestimos (todavía) con un jean Levi´s pero lo combinamos con una chaqueta de la marca española ZARA y con unos zapatos VANS. El mundo no tiene fronteras.

 

levis

Fuente imagen: Levi’s® Jeans.

Pilar Jericó en su libro Gestión del Talento Humano, mencionaba que en la década de los ochenta, Michael Porter enunciaba como posibles políticas de diferenciación el liderazgo en precios, la innovación y la focalización en un segmento de mercado. Los segmentos vienen a constituirse como una “división del clientes” que se hace en base a ciertos factores demográficos, geográficos, psicográficos y ojalá comportamentales. Lo interesante es que hoy en el año 2015, estas prácticas se siguen utilizando ampliamente en muchas organizaciones, aún cuando las reglas del juego han cambiado y lógicamente la percepción del cliente sobre lo que realmente es diferenciación. Las redes sociales, el internet. La globalización, las comunicaciones, el impacto de la tecnología, la apertura de mercados, el nacimiento de gigantes nación (piense en China + India), han cambiado para siempre el mundo como lo conocíamos. Es imposible competir en precios, por ejemplo, cuando se tiene un volumen de producción tan grande como China. Han irrumpido en el mercado con una mejor estructura de costos, producto del tamaño de su fuerza laboral y de inversiones ostentosas en infraestructura.

Pelea estrategia e innovacion

Fuente imagen: China files 

 

En consecuencia, se regresa a ver siempre a la estrategia empresarial. ¿Por qué no somos capaces de revolucionar un sector? ¿De cambiar definitivamente las reglas del juego para influir en las creencias profundas y emociones de los consumidores?

 

La famosa revista FORTUNE decía en una de sus publicaciones que menos del 10% de las estrategias formuladas se ejecutan eficazmente. Es decir que, ¿El problema está en la operatividad de la estrategia? ¿Acaso, no se entiende a nivel de los colaboradores de la empresa lo que significa la estrategia y la importancia en el crecimiento futuro?

 

David Norton, coautor junto con Robert Kaplan de publicaciones como Balanced Scorecard y Mapas Estratégicos, en un congreso sobre estrategia en 2005, ya decía que el 95% de la fuerza laboral típica no comprende la estrategia (conciencia), que el 60% de las organizaciones no vinculan los presupuestos a la estrategia (recursos), el 70% de las organizaciones no vinculan los incentivos de los mandos medios a la estrategia (incentivos); y que, el 85% de los equipos ejecutivos invierten menos de una hora al mes para discutir la estrategia (agenda de ejecución). Al parecer esto no ha variado mucho en la última década. La estrategia es como un requisito para que el Gobierno Corporativo esté contento (en su inconsciencia), más que una necesidad de vida y la consecución de resultados trascendentes. La estrategia debe estar posicionada en el centro de la organización, y todos, comenzando por los directivos, desarrollen un enfoque en ella para que el resto de colaboradores se movilicen y actúen de manera radicalmente distinta.

 

Se actúa en el viejo paradigma. En un proceso lineal. A las organizaciones les cuesta desaprender sus viejas prácticas de generación de la estrategia en pasos sistemáticos:

  1. Análisis del Entorno
  2. Definición de mercados objetivo, potenciales o cautivos
  3. Establecer una visión futura y global
  4. Análisis interno de la cadena de valor
  5. Propuesta de valor perdurable
  6. Metas y objetivos
  7. Estrategia genérica
  8. Tácticas clave
  9. Ejecución en actividades y tareas
  10. Decisiones
  11. Indicadores

 

El análisis externo e interno lleva muchas veces a la empresa a limitaciones. Si se tienen muchos componentes en los cuadrantes de debilidades y amenazas, se prefiere hacer tácticas en base a otros elementos menos problemáticos. Si no se posee fortalezas la organización se “deprime y desmotiva”. No hay una búsqueda de un camino alternativo. De un pensamiento en otra dirección, o de un cambio profundo de manera de hacer las cosas. NOKIA en su momento fue una empresa que hacía papel y productos químicos, y llego a ser la más grande productora de teléfonos móviles. ¿Qué pasó luego? No se volvió a reinventar. Lo mismo sucedió con Motorola, Polaroid, y por supuesto, KODAK.

 

kodak

Fuente: Finanzzas

 

La investigación del entorno es sin lugar a duda un requisito importante. La pregunta es: ¿Para qué? Si lleva a encontrar nuevas formas de generar valor ÚNICO, estamos de acuerdo; si permite conectar con otras redes de valor con nuevos mercados y clientes para traer ideas frescas a la empresa, se está sacando el provecho adecuado. Hacia adentro es exactamente lo mismo. Si se intenta conseguir valor de actividades o procesos uno tras otro, linealmente colocados, se pierde la posibilidad de entrelazarlos de una manera neuronal (como se conectan las neuronas del cerebro humano a través de las dendritas), para que la organización pueda aprender más de otros proceso que normalmente en una cadena de valor lineal no tendrían la eventualidad de conocerse o hablarse. Los resultados ya no se consiguen como consecuencia de un paso anterior, sino de la “orquestación” con varios procesos, personas y recursos al mismo tiempo.

 

Como resultado de un proceso tradicional de generación de valor, la propuesta hacia el mercado vive sumida en la “esclavitud de la ventaja competitiva”. Siempre se está mirando lo que hace la competencia para realizar alguna mejora, por lo general de carácter funcional en los productos o servicios (que son la segunda esclavitud).  El secreto está en generar ventajas únicas, no copiables ni mejorables, sólo sustituibles por otras creaciones absolutamente nuevas. Si se vive “esclavizado” por la competencia, no se mira a otros sectores en dónde podrían existir excelentes recursos que pueden alinearse con los objetivos empresariales; temas que se pueden adaptar de otros mercados perfectamente. Es igual con los productos. El usuario ya no valora solamente las funcionalidades, atributos e ingredientes de un producto, sino lo que representa en su mente: emociones y creencias. Ya no es tanto como se decía en el antiguo posicionamiento: hay que colocar el producto en la mente del consumidor. Ahora se posiciona la mente en los el producto, o mejor dicho en las soluciones (producto + emoción + valores profundos). Primero se conoce el pensamiento de los consumidores y luego se encuentra la mejor posición para la solución o concepto creado.

 

Cerebro estrategia

Fuente: El Espectador

Entonces, todos estos conceptos que parecen muy lógicos, no son tanto para una organización que período tras período fiscal viene realizando una estrategia en el formato que aprendió. La ejecución es deficiente porque las “áreas o departamentos” de la empresa diseñan sus propios planes desenchufados de los planes de otros. Las tareas se repiten, no se logra generar valor conjunto, los recursos son desperdiciados y la cultura no impulsa al cambio sino el deseo de permanecer en una zona confortable, realizando lo estrictamente necesario (1) para quedar bien con los altos directivos o el jefe. La empresa se jerarquiza y se divide generando guetos,(2) y dentro de cada gueto su propia organización jerárquica. Así cada una de las áreas empresariales tiene su propia categoría por derecho: marketing es más que ventas, producción es más que posventa y finanzas más que todos. Los resultados son pobres y medidos por indicadores deficientes como la participación de mercado, el incremento de ventas y la imagen de marca. Ninguno de las mediciones anteriores está enfocada en el largo plazo, y peor aun, en la concepción de un modelo de rentabilidad que permita a la organización crecer a futuro. Se prioriza la generación de flujo de caja, sobre indicadores como el retorno sobre las ventas (ROS), retorno sobre el patrimonio (ROE) el retorno sobre la inversión (ROI). Peor pensar en indicadores más complicados de aplicar y medir como el retorno sobre los valores de las personas (ROV) (3) o la experiencia del cliente.

 

Las empresas requieren de un nuevo pensamiento, de un camino de acción diferente para crear real valor. Ahora el valor es compartido. No es inconsciencia, porque las organizaciones y las personas que la componen, saber perfectamente que el “valor” para el mercado (si se puede llamar así) es compartido con productos o servicios de otras empresas. El status quo y la aversión al riesgo, hacen que a pesar de la consciencia que se tiene sobre cambiar, la organización intente algo pequeño al principio, se paralice al primer problema, no vea la oportunidad del cambio y regrese a su zona confortable. Es el sistema inmunológico empresarial funcionando en su máxima expresión. El resultado se está viendo en empresas nuevas y antiguas: el consumidor migra hacia lo novedoso, hacia lo que él no había pensado todavía, hacia la generación de valor enfocado en sus deseos y emociones.

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